Karla 13 años, Uribia, La Guajira
Los ojos de Karla tienen un brillo particular. Su piel oscura tiene un tono opaco y está reseca, como la tierra en la que vive desde hace 13 años, en una ranchería en el municipio de Uribia, en La Guajira. Hasta hace poco allí no había agua apta para consumo humano y mucho menos baños. Así es: lo que para algunos puede ser algo incómodo de hablar, es fundamental para la salud de niñas y niños en Colombia. Karla debía caminar kilómetros para encontrar un lugar en donde hacer una necesidad fisiológica básica.
Ella es uno de los millones de niñas y niños en todo el mundo que no tenían garantizado el derecho al saneamiento y al agua. Aún recuerda cómo en compañía de Berenice, su hermana de 4 años buscaba, con miedo por el riesgo para su seguridad y su salud, un espacio al aire libre en el campo, en el suelo, en cualquier parte. Tu ayuda llega hasta la ranchería de Karla y su hermanita. Llegó convertida en filtro de agua y en baño. Junto a su mamá Verónica, ellas y miles de niñas y niños han mejorado su salud y se enferman menos de desnutrición, diarrea y otras enfermedades gracias al consumo de agua apta para el consumo humano. Y por supuesto tienen, a través de ti, un baño adaptado a sus necesidades, un lugar más confortable y seguro.
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